I
Mi hermano fue pelotero desde chiquito y como hasta los 17. La realidad es que practicó todos los deportes, pero el más consistente –y el más que le gustaba– fue el béisbol. Jugó como catcher y después como jardinero. Era bueno, conectaba sus hits y sabía leer la situación del inning. A mí, que la pelota nunca me interesó más allá de la Serie Mundial y cualquier partido de los Yankees –mi madre nació en New York, así que por cuestión hereditaria los sigo– me gustaba verlo jugar, o mejor dicho, que me contara cómo le fue en el juego.
Mi hermano, de nuevo, era bueno, y estoy seguro que como muchos niños peloteros, soñó en algún momento con llegar a las Grandes Ligas porque vamos, soñar no cuesta nada.
II
A José De León Domenech lo conozco como lo conocieron la mayoría de las personas que coincidieron con él en San Antonio: o de compañero de clase, o de pasillo, o porque su hermano estudió conmigo, o porque su madre y sus tías me dieron clase, o por tenerlo en Facebook, o por encontrarnos en Jobos e intercambiar un estrechón de manos, o por cualquiera otra razón trivial y desechable. El punto es que José y yo nos conocemos, más o menos, pero sí.
III
El día que mi hermano perdió la vida –ese 15 de julio, un año ya– José me escribió, temprano en la mañana. Fue de los primeros cinco mensajes –de los cientos– que recibí. Recuerdo haber pensado: “mano, este tipo tiene que estar entrenando bien heavy, y con todo y eso sacó un tiempo para escribirme”. Días después se lo dije a su madre al vernos en la funeraria, y se alegró. Nos alegramos.
IV
Cuando veía a mi hermano los fines de semana, en su primer y único año de universidad, a veces hablábamos de pelota. Se sabía los nombres de las estrellas y de los prospectos. Una vez hablamos de José. Estábamos seguros –él más que yo, por supuesto, como experto en la materia– que más temprano que tarde, llegaría a las Grandes Ligas.
V
José de León Domenech, con el #87, se parará hoy a las 4:10 p.m. en la lomita del Chase Field en Phoenix para pichar contra los Diamondbacks de Arizona. Su equipo, los Dodgers de Los Ángeles (84-64), están primeros en la División Oeste, terceros en la Liga Nacional y quintos en el standing general.
Como reportan los medios especializados, José –un lanzador derecho– viene de ser un desconocido pick de ronda 24 a ser la segunda opción de prospectos de los Dodgers. El scouting report, disponible en mlbpipeline.com, dice:
“[De León] comenzó a destacarse en las postrimerías del 2014, cuando fue nombrado Rookie-level Pioneer League Pitcher of the Year. Ese mismo año, rompió el récord de Clayton Kershaw [tres veces ganador del Cy Young, el máximo premio que reciben los lanzadores] al abanicar a 14 bateadores en un mismo juego con los Great Lakes de Clase A. En el 2015 tuvo otro gran paso en su carrera cuando lideró las Menores con 12.8 ponchetes por cada nueve entradas, subiendo después a Doble A [y luego a Triple A en el 2016].
[De León] trabaja lanzamientos de 92 a 94 mph, y su fastball puede llegar a 96 mph. El changeup es su segundo mejor lanzamiento, y tiene un slider que supera las 80 mph muy efectivo. [Ha pasado a ser] potencialmente el segundo abridor en la rotación de los Dodgers en los próximos dos años”.
VI
¿Quiénes pueden decir que viven su sueño? José puede, y su familia, sus amigos, sus entrenadores y quienes lo conocieron, porque ese sueño es de mucha gente, de Isabela y de Puerto Rico.
Yo, en cambio, veré lanzar a José, y mientras, pensaré en la conversación que hubiese tenido con Jan, mi hermano. De seguro diríamos: “Acho, el tipo se lo merece”.
De León Domenech ganó su primer juego de Grandes Ligas el domingo 4 de septiembre contra los Padres de San Diego, ponchando a nueve en el proceso. El martes 13 de septiembre ganó su segundo frente a los Yankees de Nueva York. Hoy es su tercera salida en el escenario más grande de este deporte. La foto es de Instagram, y Diálogo no deriva ganancia alguna de ella.
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